Cada lugar tiene su propia historia, historias buenas, malas o trágicas y la población San Joaquín no estuvo ajena a ello. Dentro de sus 52 años, han ocurridos hechos que enlutaron en períodos distintos a nuestro lugar de origen, es así que en este capitulo escribiremos sobre Pía Lorena Urra Carriaga, estudiante del Liceo Francés quién fuera secuestra y asesinada por un vecino.
Todo
sucedió un invierno de 1980, la población San Joaquín se estremeció con la
noticia, ya que Pía era conocida por los vecinos del sector de la calle Central a raíz que sus padres
eran dueños de un bazar que abastecía de útiles escolares a la población, por
ende poseían un mayor poder adquisitivo por ser comerciantes.
La
liceana de 17 años, era hija única del matrimonio compuesto por Pedro Urra y
Pìa Carriaga, cursaba cuarto año medio en el Liceo Francés de Santiago, según
sus profesores era una alumna destacada con un promedio sobre 6.5 de personalidad tranquila, femenina y muy responsable. Aquellos que la
conocieron la retrataban como una niña hermosa y con un caminar lento producto que tenia un problema en su
pierna derecha.
¿Qué pasó ese día?
La
adolescente, como todas las mañanas se dirigió a su establecimiento ubicado en
Vergara Nº341, además llevaba el dinero
para pagar la mensualidad. A eso del mediodía llama por teléfono al liceo, un hombre identificándose como un
vecino entregando el siguiente mensaje
a la directora del colegio comunicándole que los padres de Pía habrían
sufrido de un asalto en el bazar.
Posteriormente, la profesora se dirige a buscar a la estudiante a su
sala, dándole permiso para retirase siendo la última ves que se observa a Pia caminando por la calle Vergara hacia la Alameda dónde se
pierde su rastro.
Durante
la tarde los padres se inquietaron al ver que la hija no llegaba a la hora de
costumbre, aproximadamente a las 17:15 se produce una llamada anónima anunciándole que su hija estaba secuestrada y se
requería para su rescate $150.000 mil
pesos dando plazo media hora para la entrega
del dinero ante está situación comienza a correr la voz en la población del secuestro de Pia.
Los vecinos buscaron en forma infructuosa por todas las cuadras y sitios
eriazos, se colocaron retratos de Pía
en distintos lugares, se concurrió a
algunos matutinos dónde se publicó su
fotografía, pero la búsqueda no daba resultado.
Ese
mismo día, los padres reciben nuevamente
otra llamada, en la cuál indicaban dónde debía dejar el dinero, la voz anónima
indico: deben dirigirse al paradero de
las micros Matadero Palma (cerca de su
domicilio) además, advirtió que no le
avisara a nadie de lo contrario mataría a la estudiante.
Durante
la tarde, se acerca él asesino a la casa de los padres aludiendo que desde un auto habían dejado el
siguiente mensaje escrito.
Este mensaje fue clave para que la Brigada de
Delitos Sexuales de Investigaciones, comenzara a sospechar de un vecino.
Fueron pasando los días y la estudiante no
aparecía, pero el supuesto secuestrador seguía insistiendo sobre el dinero, llamó
una vez más a la familia diciéndole que les daba la última oportunidad para que
entregaran la suma de dinero, pero está vez
debajo de unos tambores que estaban ubicados en la calle San Joaquín y
sin ningún carabineros presente como había sucedido anteriormente.
La brigada de investigación, comenzó a
sospechar de un vecino cercano, quién apoyaba directamente a la familia en la búsqueda de la muchacha. S.P. después de largas
horas de interrogación confiesa lo siguiente: “No la busquen más, porqué Pía no
está...No va estar más...Está muerta... ¡Yo la mate y la enterré en mi casa¡
¿Qué hizo es día S.P.?
El asesino planifico todo con mucha frialdad él hizo la llamada telefónica, posteriormente va a buscar a la estudiante al
paradero engañándola diciéndole que la encaminaría por orden de su familia,
además le pide que lo acompañara a su nueva casa en Estación Central a buscar un álbum
fotográfico, la niña accede ya que era un conocido cercano a la familia dándole la confianza suficiente para acoger su petición.
Llegan a la vivienda ubicada en Teniente Bello
Nº 1578 población Los Nogales, fueron pasando los minutos y la adolescente comienza a inquietarse, pronto
la inquietud se transformó en temor situación que altera a S.P. quién reaccionó violentamente
estrangulándola, cuándo el reloj marcaba las 14: 30 de la tarde del mismo día
del secuestro. Posteriormente él asesino la introduce
en un saco papero amarrando la
parte superior y lo deja detrás de la puerta de entrada de su casa en forma
macabra permaneciendo el cuerpo ahí hasta el día siguiente.
Durante la tarde noche llega de su trabajo de
parvularia su esposa embarazada de
siete meses y medio quién no toma mayor atención sobre el saco. A la mañana siguiente después de dejar a su
mujer en el paradero como de costumbre, vuelve a la casa en dónde S.P.
excava un hoyo no muy profundo enterrando a la muchacha.
¿Cuál fue el motivo del alevoso crimen?
S.P. se había casado recientemente y su esposa estaba embarazada, además él se encontraba cesante y hacia poco tiempo que se habían cambiado
de casa, por tanto necesitaba dinero.
Este conocedor que la familia Urra Carriaga, contaba con más dinero por ser
comerciantes y era la única hija del matrimonio pensó que su plan daría resultado.
¿Cómo reacciono la población San Joaquín ante
la noticia?
Con rabia, violencia y exigiendo la pena de
muerte para el asesino. Cabe resaltar, que fueron muchos días de búsqueda de
parte de los vecinos, además la familia
era muy cercana en la población por tanto la ira hacia S.P. era incontenible.
La pregunta que se realizaban los pobladores fue:
“ ¿cómo pudo fingir tantos días, cómo fue tan cínico que luego de matar a la
niña se acercara a los padres para engañarlos diciendo que era su amigo? Debían
matarlo de inmediato, antes que la gente comience a tener compasión de él o
digan que está loco”. Eran distintas opiniones que se escuchaban, incluso su propia madre antes
de saber que su hijo era el asesino también exigía la pena de muerte.
¿Su despedida y el doloroso adiós a Pía Lorena ?
Los funerales de Pía Urra Carriaga, fue en la
Parroquia San Mateo, hasta allí llegaron cientos de personas, pobladores,
familiares, profesores y compañeros del Liceo Francés, donde Pìa cursaba el
cuarto medio.
En la iglesia en tanto, poco a poco se fue
concentrando una multitud de estudiantes y adultos que querían solidarizar con
la familia entregando distintos testimonios. La emoción siempre estuvo presente,
siendo numerosas las personas que derramaron lágrimas frente al ataúd de acero que contenía los restos mortales de la liceana de apenas 17 años.
Posteriormente el cortejo fúnebre se dirigió al parque del recuerdo.
¿Qué pasó con S.P. ?
El sujeto de 23 años fue detenido e
incomunicado por la Brigada de Delitos Sexuales, quién lo descubrió por
intermedio de la falta de ortografía al escribir mal la palabra San Joaquín
escribiendo “San juaquín” siendo trasladado a la Cárcel
Pública de Santiago y juzgado con pena de reclusión a cadena perpetua.
En cuanto a la familia Urra Carriaga nunca
superaron la muerte de su hija después de este hecho horroroso deciden vender
la casa y su paradero se desconoce.
Manifestamos, que omitimos fotografías de S.P. nombre y dirección para no abrir heridas profundas de una de estas familias que
siguen siendo vecinos nuestros.
Dentro de está década hubo otro hecho y muy
cercano al domicilio de Pía qué causo rechazo en la población; nos referimos al asesinato de la
Pascuense Mariana Beriberi. De este caso se sabe poco, los vecinos relatan
que la mujer había sido asesinada por su sobrino y el móvil fue robo.
¿Porqué se conoce poco de ella?
Los pobladores documentan que Mariana trabajaba por
turno en el hospital militar cómo paramédico, razón por la cual se veía escasamente en la población, además era una persona que llevaba poco tiempo residiendo en la villa San Joaquín, por tanto no se conocieron mayores detalles de ella, sólo que era enfermera de origen Rapa Nui.
Extracto del libro y
Radio Teatro Voces con Historia de la Población San Joaquín, realizado
por Radio 1º de Mayo
Fuentes:
Leopoldo Sarmiento
Sra. Carmen Retamal
Fotos diarios locales